El reloj marca las tres,
hoy te toca duelo.
Desenfundas con tus manos pornográficas
el revólver del fracaso.
Con una bala te basta
para cargarte a este nuevo vaquero.
Te retiras de la escena
rumbo a la cantina.
“Un whisky,
camarero”.
Todos miran a la forastera.
Se bebe la copa
como Cronos devora a sus hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario