14 de febrero de 2013

Cuidado.

Se acercó a su cama sin hacer ruido. Lentamente. A pesar de que la luz estaba apagada, sus pupilas ya se habían dilatado y podía intuirle ahí tumbado y arropado en posición fetal mirando hacia donde ella se encontraba ahora mismo, a sólo unos centímetros.

Entonces, empezó a respirar por la boca y un poco más fuerte de lo normal. Aspiraba y expiraba sin patrón alguno. Abría la boca en forma "a" y expiraba. Apagaba el sonido rápidamente juntando los labios levemente y entonces volvía a aspirar con la boca en forma de "e", volvía a juntar los labios y aspiraba esta vez formando una "i". Repetía el proceso alternando duraciones, tipos de respiración y formas bucales con vocales.

Mientras emitía estos sonidos similares a psicofonías intentaba no echarse a reír. Lo estaba haciendo realmente bien porque de repente se despertó de un salto gritando y agitando los brazos hasta que un puño le golpeó certeramente en la sien y dio a parar con la nuca en la llave del radiador.

Ella ya no recuerda más. Él sí. Primero preguntó por su nombre, mientras su corazón recuperaba el ritmo normal de latidos. Después empezó a asustarse porque no contestaba y había oído un golpe seco, por no hablar de su puño. Bajó de la cama y le dio la impresión de dar a algo con el pie. Luego, un vuelco. Volver a llamarla sin obtener respuesta y encender la luz. Y zarandear. Y gritar.

Mamá escuchó los gritos. Papá escuchó los gritos. Todos los vecinos escucharon los gritos mientras se les erizaba el pelo. Algunos maldijeron. Pero nadie como él pudo ver a mamá en el umbral de su habitación con la cara descompuesta al ver a su pequeña totalmente inmóvil y arrancada de la vida. Y nadie cargó toda su vida con la culpabilidad de haber matado a su hermana. Menos él.

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails