10 de octubre de 2011

No me cuentes un cuento. Víveme uno. Vivamos uno.

No quiero vivir sin ti. Me he acostumbrado a tus besos y a estar entre tus brazos y ya no quiero huir de aquí. ¿Es normal que te eche tanto de menos? ¿Es normal que mientras escriba esto se me caigan las lágrimas por las mejillas?

Creo que es el miedo. Miedo a perderte. Miedo a tener que olvidar. Miedo a tener que alejarme de ti. O a que te vayas tú. Miedo a que seas más feliz con otra persona que conmigo. Miedo a tener que cerrar con llave el cajón de los recuerdos que hemos compartido. Miedo a que tengas miedo. Miedo a que decidas que lo mejor es que lo dejemos. Quién decide qué es mejor para nosotros. Miedo a que pienses que te odio. Miedo a que creas que no lo doy todo por ti. Miedo a que creas que no te demuestro que te amo como no he amado a nadie jamás. Miedo a que me consideres más egoísta de lo que realmente soy. Miedo a que de verdad creas que no te doy la razón ni hago nada por ti, cuando sólo intento que mejoremos agarrados de la mano. Miedo a confiar en ti por miedo a que traiciones mi confianza. Miedo a los demás.  A los que puedan encontrar la llave para poder separarnos. Miedo al mundo que podría meterse en la rendija que aún separa nuestros corazones. Miedo a tener miedo. Miedo a que no digas lo que sientes. Miedo a que lo que sientas sea lo que no quiero. Miedo a que me ames menos de lo que desearía. Miedo a vivir más sin ti que contigo. Miedo al tiempo. Miedo a la distancia. Miedo a mi pesimismo. Miedo a tener razón.

Miedo. Siempre miedo. Ya no quiero más miedos, amor. Ya no quiero llorar más por ti si no estás conmigo. Rómpeme del todo el corazón. Mátame fuerte. O sólo créetelo. Cree en nosotros. Cree en que todo va a salir bien. Dame el 200%. Dime que me amas y actúa en consecuencia. Mírame a los ojos y que los tuyos me digan la verdad que quiero oír. Estás conmigo o estás contra mí. No me dejes vivir a medias, pendiente de una decisión, flotando en castillos de aire, inventando ilusiones, dudando de todo.

La vida es así y no sabemos si mañana todo seguirá igual, pero yo quiero vivir siempre a tu lado. No tener que separarme de ti nunca. No tener que echarte de menos porque siempre estaremos juntos. Despertarme contigo. Llevarte el desayuno a la cama. Seguir compartiendo recuerdos alegres y hermosos. Verte feliz conmigo. Verte sonreír, preciosa. Que te brillen los ojos. Que me abraces de corazón. Que me agarres la mano muy fuerte. Que me acaricies. Que me digas que me amas espontáneamente, sin venir a cuento, porque el cuento no vino escrito de fábrica, lo escribimos nosotros a cada segundo. Y al final de nuestros días lo bonito será poder leerlo y saber que la última frase fue como la de todos los grandes cuentos:

Y vivieron felices y comieron perdices.

 

26 de junio de 2011

 

3 comentarios:

Barbara dijo...

Dios... Me siento completamente identificada.

Sonn Scherbatsky dijo...

Ya lo dijo Shakespeare: "De lo que tengo miedo es de tu miedo ..."

Pero no te dejes vencer por él. Al fin y al cabo, nunca se ha escrito nada de los cobardes.

Gran entrada.

let_i dijo...

Es la cochina incertidumbre lo que nos pone así... el no saber que pasará... el temor que produce no saber si tomamos la decisién correcta.

Saludos

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