27 de febrero de 2011

Un poco más, un poco menos.

La experiencia está sobrevalorada. Con los años sólo sabemos un poco más, sólo nos duele un poco menos. Cambian las personas, cambian el mundo y las circunstancias, cambiamos yo y nosotros, pero no nuestras emociones. Seguimos tropezando con las mismas piedras, seguimos pinchándonos con los mismos clavos y curándonos con remedios que en potencia son la misma enfermedad. Nos pasamos la vida buscando una supernova entre miradas que anhelan encontrar lo mismo en otros ojos. Ahogados de amor, ansiamos un beso de aire fresco, una diana en la que clavar nuestras alegrías y deseos, un blanco para todas nuestras muestras de afecto, una fuente de la que manen todas nuestras ilusiones. Buscamos un tú para ser nosotros, buscamos un uno para ser dos. Y es que al final del camino vital, nos damos cuenta de que hemos nacido incompletos, de que lo único que queríamos era ser un poco más porque nos tiramos más de media vida siendo un poco menos.

incompletos

1 comentario:

Antígona dijo...

Puede que tengas razón. No sé si las emociones son siempre las mismas -aquí la memoria es tan traidora- pero sí creo que lo son los deseos y las necesidades a satisfacer. Y quizá no pueda ser de otra manera si ellos constituyen el motor que nos mantiene con vida.

Gracias por tu comentario en mi blog y un saludo.

Related Posts with Thumbnails