1 de noviembre de 2010

El día en que no ame demasiado, amaré demasiado poco.

    Sólo escribo con sangre y lágrimas. Las alegrías no dan trabajo a mis bolígrafos.
 
    El drama de amar. El día en que no ame demasiado, amaré demasiado poco. Ni tanto ni tan calvo. ¿Dónde está el equilibrio entonces? No lo busca quien lo quiere, no lo encuentra quien lo busca.
    ¿Hay alguna persona que sepa exactamente lo que quiere? ¿O es inevitable el jugar a los dados con las ilusiones de los demás esperando a que algún día nos guste lo que nos ha tocado?
    ¿Por qué exigimos el cambio ajeno en vez de aplicarnos ese cambio a nosotros mismos? Puede que sea más cómodo, pero a la larga eso se convierte en un virus, en un veneno que nos mata desde dentro.
    Románticos con sus cariños no correspondidos...
    Espero, amigo, que algún día logres encontrar el equilibrio de todas las cosas. Ese día habrás descubierto una de las claves de la vida, así pues, te enorgullecerás de tu hazaña. Hasta entonces sólo haz una cosa: ríe...
o RiE
25 de
octubre
de 2o1o
---|-|---

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails