Quiero quedarme a vivir en tu pelo,
pero no puedo, no puedo
Al purgatorio estamos condenados
En esta tierra de nadie
no nos damos los abrazos
Nos decimos los besos
y las risas con palabras
y con palabras no se consuma el deseo
Ni una carta vale como sexo
ni el amor es un hecho
“Siempre
con alguien que te conoce me encuentro”
“Lo
mismo me pasa”, respondes por teléfono
Entonces declamo, con la mirada en el cielo
y en la mano un tanga que nos es ajeno:
“Ay, ¡el mundo es un pañuelo!
y tú y yo tan lejos”
No hay comentarios:
Publicar un comentario