Romántico furtivo.

Me acuerdo de cuando
no paraba de observar y tocar
cada rasgo de tu cara y cada forma de tu cuerpo
en silencio o en la oscuridad

Hablar y hablar y hablar
Me acuerdo
de los días de darnos la mano al cruzar

Y me acuerdo ahora
que me dedico a mirar
furtivamente el brillo de tus ojos
en el reflejo del cristal

Ahora intuyo tras unas gafas
dónde acaban tus contorneadas piernas
No puedo tocar
Qué error tratar de preguntar

Los tiempos de gloria
acuden a la hora del fango
Soy un forastero,
un viejo invisible

Todos hablan mi idioma,
pero me invade la sensación
de que soy un extranjero
cuya patria ya no existe.