Tenía pensado regalarte esos zapatos de Zara que decías que tanto te gustaban. Sí, para tu cumpleaños. Y aquel famoso ornitorrinco de peluche con el que presumirías delante de tus amigas. Estaba todo planeado ya. Tal vez también te habría hecho algún pequeño detalle hoy o en el que hubiera sido nuestro tercer mes juntos, no por obligación, sino por puro amor al arte, y arte eras tú. Lo único que te pedía a cambio era lógico y fácil, pero parece que no tanto para ti. Estas cosas jamás tendrán lógica alguna. Sólo tenías que quererme con todas las consecuencias que ello conlleva.
Pero ya no tiene sentido todo eso. Nunca lo tuvo para ambos a la vez. Siempre por separado. El tira y afloja, un oleaje entre nosotros dos. Ahora sólo es otro de esos recuerdos que tanto duelen por no haber llegado a existir. Mientras tanto, me queda el decirme “¡Oye! Pues eso que te ahorras” y nunca mejor dicho. Pero aún así, sigue sin tener ni puta gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario